Datos personales

Viajar es la mejor forma de gastar el dinero. Nunca te aburrirás de los recuerdos que adquieras en tus viajes

viernes, 27 de noviembre de 2009

Perú 2009: Cuzco







CUZCO





Al día siguiente volamos de Arequipa hacia Cuzco vía Lima (aquí hay que pasar por Lima hasta para ir al baño). Como es costumbre con los guias locales de estos sitios te recogen 3 horas antes de que salga tu vuelo, y después de un recorrido de diez minutos hasta el aeropuerto tienes 2 horas y 45 minutos de espera en un aeropuerto que no tiene NADA. Por lo menos la terraza de la cafetería está al aire libre y da directamente a la pista de despegue (me encanta la seguridad) con lo que empleamos 2 horas y media en ver como un avión se va....




Aprovechamos a pedir la Inka Cola (aspira a competir con la imperialista Coca Cola como diría Chavez) y hay algo que decir: NO la pidáis nunca. A menos, claro, que de pequeños mezclárais caramelo líquido con agua y os lo bebiérais. Y además os gustara. El caso es que es la propia Coca Cola la que lo comercializa....



Llegamos a Lima, escala de 1 hora y nuevo vuelo a Cuzco. Si tenéis suerte y el día está despejado la aproximación al aeropuerto de Cuzco es espectacular. Hay que "regatear" varias montañas y luego los pilotos tienen que "colocar" el avión en una pista cortísima en el medio de la ciudad. Para aquellos que habéis viajado un montón recuera a aeropuerto Newbery de Buenos Aires o al antiguo de Hong Kong.




Nos bajamos y........casi nos ahogamos. Estamos a 3300 metros de altitud!! esto ya empieza a notarse demasiado. Mientras esperamos las maletas (tened paciencia) veo que hay un puesto donde te ofrecen oxígeno.



Nos recogen y nos llevan al hotel. Tomaros todo con absoluta calma y dejad que sean los lugareños quienes tiren de las maletas. Lo que en Lima era arrastrar una maleta aquí es como empujar un autobús. Nuestro hotel: El Monasterio, magnífico, antiguo monasterio (obvio pero hay que mencionarlo) con su capilla y un patio central que hará vuetras delicias si váis en el verano austral. El hotel os ofrece la posibilidad de inyectar oxígeno en el ambiente de vuestra habitación: HACEDLO. No es caro y ayuda a dormir. Respecto al mate (té) de coca que os ofrecen al llegar para combatir el mal de altura, a mí la verdad es que no me hizo mucho y además me dio diarrea. Claro uno acostumbrado al gin tonic y a los manhattan, en cuanto empieza a tomar cosas sanas se pone enfermo. Es mejor que compréis en una farmacia unas pastillas que se llaman "sorochipils".




Comemos algo en el hotel. Por cierto tienen un chef de origen japonés. Nosotros pedimos un sandwich. Menudo ladrillo. Y eso que era vegetal. Aquí se debe usar mucha grasa o algún aceite de palma de coco que te deja hecho polvo. Mejor comer a la parrilla o la brasa las cosas.




Nos ponemos en marcha para ver la ciudad (después de ir al baño un par de veces). Vamos a la Plaza de Armas donde está la Catedral que hay que visitar por las tardes por aquello de las misas de por la mañana. También podéis (y debéis) visitar la Iglesia de la Compañía de Jesús y el Convento de Nª Sª de la Merced. En este último la colección de pinturas es soberbia. Os lo recomendamos!!




Paseamos por el centro procurando siempre respetar los pasos de cebra donde los coches siempre tienen la prioridad absoluta. En Perú cruzar la calle es todo un ejercicio de aventura, porque la mitad de los conductores no tienen carnet y eso de respetar los pasos de cebra y las señales es poco habitual.... mejor no arriesgar y esperar a que no vengan coches.



Como no andamos muy finos nos vamos al hotel a intentar dormir algo de siesta (inútil), así que después de estar un rato tumbados en la cama intentando respirar de aquella manera volvemos a la calle. Siempre que salimos pensamos en la cuesta arriba que hay que subir cuando vuelves al hotel. Damos vueltas buscando algún sitio majo. La verdad es que hay bastantes sitios y con buenas terrazas. Al final nos sentamos en una y nos arrepentimos rápido ya que si te sientas al exterior al nivel de la calle vas a tener a todos los niños intentando venderte lo que sea para que les dés algunas monedas. No tienes para nada sensación de inseguridad pero la verdad es que es una pesadez cuando lo que quieres es tomarte algo tranquilo.




Nos volvemos al hotel, y cuando acabamos de subir la cuesta somos prácticamente polvo. ¿Recordáis aquello de polvo eres y en polvo te convertirás? pues en Cuzco os garantizo que lo váis a vivir. El bar del hotel está muy bien surtido, sobre todo de tipos de pisco, tienen unas 20 variedades distintas. Al que le guste el orujo en España allí lo va a disfrutar con el pisco, pero hay que pedirlo puro. Y al que le guste el Johnie Walker etiqueta azul lo va a encontrar a buen precio.




Nos vamos a tumbar en la cama. Diria que nos vamos a dormir, pero teniendo en cuenta que casi no hay oxígeno, yo lo que hago es tumbarme para intentar dormir sabiendo que no voy a conseguir descansar.




CUZCO día 2
Hoy hemos subido a 3.800 masnm a Sacsayhuamán (sí, sí, aquí el sistema métrico tiene su medida particular: metros de altura sobre el nivel del mar). La vista sobre el Cuscovado (un regalo de Brasil a Cuzco), es espectacular. Y desde aquí se confirma lo que decíamos ayer: tiene mérito ser piloto para aterrizar en Cuzco, y más mérito aún tuvo Pizarro que llegó hasta aquí con 200 hombres).
Si vais a comer, de vuelta en Cuzco después de visitar también la Puca Pucara, Quenqo y Tambomachay, el pollo a la brasa está fantástico. Nos recomiendan un sitio llamado "Los Toldos", una pollería (aquí se llaman así los sitios donde preparan el pollo para comer, que no tiene nada que ver con las pollerías españolas, en vías de extinción), que está según coges la Calle del Sol desde la Plaza de Armas, primera calle a la derecha (Almagro) en la esquina izquierda. Después de comer, siestecita para recuperar el oxígeno en la sangre y luego se baja uno a tomar una cerveza a la Plaza de Armas. Hay que recordar que a las 5.30 cierran las iglesias que se pueden visitar.
Cuando pidáis una cerveza, pedidla pequeña. Si la pides mediana te traen más de medio litro y ni os cuento cómo es la cerveza grande....
Cuzco día 3
Pues hoy iniciamos camino a Macchu Picchu visitando El Valle Sagrado. El día comienza bien, sin aparentes signos de mal de altura. Primera parada, el pueblo de Chinchero donde, por fin, hemos visto los famosos "Cui". Vale, son cobayas. No podemos comérnoslos. Nos aconsejan que, si los pedimos, asaditos como si fueran conejos, le digamos al camarero que nos los traigan troceados. Así, al parecer, dan menos impresión...
Después, Moray, el laboratorio agrícola de los incas, una depresión en la tierra formada por terrazas circulares. Bajar, bien. Subir, de microinfarto... Y de aquí a las Salinas de Maras y a comer en Urubamba. A todo esto, hemos tenido nuestra primera experiencia complicadilla: al bajar al Valle para comer, un autobús ha decidido adelantar a un camión en curva, en subida, sin visibilidad, justo cuando llegábamos nosotros. Él ha ido a la cuneta y nosotros hemos pasado por un pelo. Lo mejor, que se enfadó el conductor del autobús, como si nosotros hubiéramos provocado el accidente. Definitivamente, es mejor tener un conductor experto para moverte por Perú...
Por la tarde, Ollantaytambo. Un ejemplo de urbanismo inca y su conjunto arqueológico: 530 escalones entre subir y bajar. Las vistas, fantásticas sobre el valle. Dormimos en Urubamba, en el Hotel Incaland y mañana haremos una de las rutas clásicas de tren que hay en el mundo: el Hiram Bingham hasta Aguas Calientes, para, por fin, llegar a Macchu Picchu...


















Perú en Noviembre 2009: Arequipa




AREQUIPA


Volamos a Arequipa al día siguiente. Éstos de LAN si que saben tratar bien a los pasajeros. Una sugerencia: si voláis en un avión modelo Airbus 319/320 pedir las filas 2 o 3 (no hay clase "bussiness" en estos vuelos) pero si que en esas filas hay algo más de distancia entre asientos.


Nos recogen en Arequipa. Una guía muy maja. Empezamos a notar algo la altura a la que estamos: 2300 metros aprox. sobre el nivel del mar. Por la mañana visita de la zona antigua así como de un mirador sobre el valle. Las vistas son relamente bonitas. La Catedral es mejor verla por la tarde. Por la mañana hay muchas misas y a los lugareños no les gusta vernos con la cámara colgando al cuello y los zapatos llenos de polvo. Otra sugerencia: evitar llegar allí los domingos. Está todo prácticamente cerrado.
Lo más curioso, el convento de Santa Catalina. El lugar donde las hijas segundas de las familias arequipeñas se iban a vivir a partir de los 13 años (la primera era para el matrimonio, la segunda para la iglesia y la última a cuidar a los padres). Cada una de las mujeres que final se quedaban de monjas, si la familia tenía dinero, se hacía una casita. Sencilla pero suficiente y podían tener hasta 4 sirvientas. Pedro decía que una pena, esas mujeres obligadas a vivir fuera del mundo tanto si querían como si no, pero sinceramente, pienso que tampoco tenían que tener una mala vida allí. Y que tenían opciones peores en aquella época, está claro.


Comemos en un sitio bastante agradable: "Zíngaro". La comida rica, una carta de vinos muy extensa y bien surtida y el pisco-sour fenomenal. Ojo!! cuanto más altura más pega. Por eso nos tomamos dos cada uno. Y hay que recordar que las raciones son enormes, así que si no hay mucho apetito, mejor pedir un solo plato.


Por la tarde buscamos algún sitio para tomar algo y encontramos una opción no del todo mala: un pub irlandés en un pasaje peatonal que está detrás de la Catedral (Pasaje Catedral, original de verdad)


Por cierto Arequipa es tremendamente seco, así que hay que beber mucha agua, o lo que se quiera....

lunes, 23 de noviembre de 2009

Viaje al Perú: Lima



Nos despertamos embargados por la emoción del viaje, que apunta maneras de ser fantástico. 12 horas eternas de vuelo, nos tiran la coca cola y la comida del avión horrible. Estos de Iberia tienen que currárselo un poquito más. Finalmente nos encontramos en Lima, la capital. Nos están esperando. Casi tardamos más en llegar al hotel y salir del atasco (es viernes tarde y la calle que une El Callao con Lima hierve de coches) que en venir de España. Llegamos al hotel, el Miraflores Park, que es estupendo. Flojillo el bar (se echa de menos una barra) ya que está ambientado como una biblioteca y solo hay mesas. A estas alturas de nuestra afición a la coctelería, se hace extraño llegar a un buen hotel y que no tenga un buen bar. Y más en un país en el que no hay costumbre de tener los típicos bares exceptuando algún irlandés... Así que nos vamos a dormir.






Amanecemos a las 5 de la mañana. Todavía nos tenemos que acostumbrar a los nuevos horarios, con esa sensación de ¿dónde cuernos estoy?. Como el estómago manda, nos vamos a desayunar.



Nos recogen para hacer el tour de Lima. Una ciudad con múltiples adjetivos: la ciudad con calles en el cielo, es uno de ellos debido a la gran cantidad de casas con balcones. Para inaugurar, las catacumbas de San Francisco. Pedro lo observa todo con mirada alucinada. Miles y miles de fémures, calaveras, costillas... pero desde luego, bien curioso. Y muy ordenado: fémures con fémures, calaveras ordenadas como si fueran ladrillos. Nuestra primera incursión en el arte: escuela cuzqueña, escuela limeña.... cientos de santos y vírgenes. Desde luego, en estas tierras eran prolíficos en cuanto a pintura. No hay mucho tiempo, así que dejamos la Iglesia para el día que tenemos libre al final del viaje. De aquí, a la Catedral. Con una parada en el Bar Cordano, un antiguo Bar, como nuestro Café Gijón, que resiste en la Calle Pescadería, en la esquina. Muy recomendable.






Llegamos a la Plaza de Armas, donde está la Catedral, el Palacio de Gobierno... muy bonita, ciertamente. En la visita a la Catedral, es interesante la tumba de Pizarro. Desde luego, quien tuvo, retuvo...






Seguimos la visita yendo a la Huaca Pucllana, un recinto arqueológico en la ciudad, el Olivar y finalmente al Parque del Amor. Sinceramente, lo más interesante fue la parte antigua.



Decidimos comer en el Astrid y Gastón (Cantuarias 175, Miraflores, http://www.astridygaston.com/) , porque en Madrid es imposible encontrar mesa en el restaurante que tienen en la Castellana y fue estupendo. Ceviche, piqueo y si lo llego a saber no pedimos un segundo porque el resultado fue que a la noche no fuimos capaces de ir a cenar. Paseíto por el centro comercial y de ocio de Larcomar, que está muy bien, junto al mar y copita en el JW Marriott, que sí tiene un bar estupendo.