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Viajar es la mejor forma de gastar el dinero. Nunca te aburrirás de los recuerdos que adquieras en tus viajes

jueves, 30 de abril de 2009

Tokio: la modernidad (I)


Me encantó Tokio. Eso sí, ¡es enorme!. La mejor forma de visitar los sitios de interés es en el Metro. Una vez que te aclaras con cuál es la salida que tienes que tomar, todo va bien. Eso sí, tienes que estar dispuesto a andar un montón porque el que en el plano del Metro diga que en una estación se unen varias líneas no significa que estén cerca unas de otras. Puedes llegar a andar hasta 500 metros de pasillos para llegar al andén que te interesa.


Pero volviendo a la ciudad, hay que verlo todo. En la zona del Palacio Imperial todos y cada uno de los árboles de los jardines están recortados de forma que parecen bonsais gigantes. También son gigantes los edificios que rodean la zona, que es el área de negocios de la ciudad.


Otro tip: el cruce de Shibuya. Te planteas cruzar a la otra acera y de pronto la marabunta se te viene encima. En serio: tuve que cruzar varias veces, la sensación es la misma que en el parque de atracciones.


Esta zona está llena de restaurantes y tiendas y es la plaza donde la gente joven de Tokio queda para salir de copas. Y está claro que la gente se divierte de la misma manera en todas partes del mundo.




miércoles, 29 de abril de 2009

Japón o cómo nada es como imaginas





Inauguro este blog con el último viaje que hemos realizado: 10 días en Japón. Me apetece poner por escrito las experiencias recibidas y de ese modo, en unos años, leerlas cuando vuelva a ir y así poder comparar cómo ha cambiado. Porque es seguro que vuelvo a Japón y más seguro todavía, que habrá cambiado.
Cuando pensamos en viajar a Japón salieron todos los tópicos: gente bajita, respetuosos, entregados al trabajo, geishas, recolectores de arroz con los pies metidos en el barrizal e inclinados bajo sus sombreros en forma de cono... y hombre, hay de todo como en botica.
La primera sorpresa fue el aeropuerto: " Buenos días, ¿este es su equipaje?. Bienvenidos a Japón". En perfecto castellano. Seguramente el funcionario de aduanas no sabía más de español, pero es suficiente para hacerte sentir en casa.
Después de 1 hora de autopista para llegar a Tokio (los aeropuertos están realmente lejos de las ciudades), por fin llegamos. Impresionante. Enormes rascacielos junto a flores en las aceras. Limpieza total en todas partes, gente con mascarillas por la calle... Llegamos al hotel, el Mandarin Oriental, con el lobby en el piso 38 de un megaedificio con oficinas, centro comercial, restaurantes...
Nuevo descubrimiento: los famosos váteres que tiran solos de la cadena, con chorrito de agua para limpiarte (también papel higiénico, por supuesto) y templados. Yo no sé si podré volver a sentarme en un váter frío...